Metodología

Los primeros siete años de niños y niñas, nos convocan a cuidar y brindar calor, así también, a acompañar la conquista de su cuerpo físico. Por ello, el énfasis pedagógico está en promover actividades que fortalezcan el desarrollo de los sentidos propios de esta etapa infantil: el equilibrio, el movimiento, la vitalidad y el tacto, y atender los aspectos fundamentales para su sano desarrollo. A su vez, se fortalecen los cinco pilares fundamentales de la primera infancia: los ritmos, los hábitos, la imitación, la fantasía y los sentidos.

Pilares del desarrollo

El ritmo

Partiendo de la noción que todo lo existente está impregnado de ritmos -lo biológico, lo cósmico y la naturaleza- podemos comprender que el cuerpo de niños y niñas, tanto físico como emocional, se expresa en una sucesión de estados que oscilan entre un estar dentro y un estar fuera, entre la inhalación y la exhalación, un equilibrio vital de todo ser. Sobre esta base, nuestra jornada está diseñada con un ritmo de respiración, para así cultivar ritos que permitan el desarrollo de un aprendizaje armónico. Repetir las actividades día a día, les brinda a niñas y niños una orientación temporal y espacial para desenvolverse en un espacio seguro y estable.

Los hábitos

Permiten crecer desde ritmos sanos, como lo es el buen sueño, la higiene y la buena alimentación.

La imitación

Como eje principal para aprender a integrarse en el mundo con nobleza, y así, alimentar el autodesarrollo y la autonomía.

La fantasía

En conjunto con los cuentos y el juego, es un canal para nutrir la imaginación y la creatividad, a través de recursos que inviten a explorar y crear aquello que cada niño y niña trae consigo.

Los sentidos

Es fundamental el desarrollo de los sentidos primordiales de esta etapa: tacto, vitalidad, equilibrio y movimiento, y tener experiencias corporales que lo permitan. El juego libre les ayuda a explorar libremente y a desarrollar la voluntad.

Jornada (ritmo diario)

A partir de lo anterior, nuestra jornada tiene como principio generar espacios de inhalación corta y exhalación larga. Nuestra rutina se divide de la siguiente manera, cronológicamente:

Juego libre
(Exhalación)

Niños y niñas se encuentran con sus pares, mientras las maestras están en diversas labores o “casas”: la casa del picado de fruta, la casa de amasado del pan, la casa de manualidades de decoración, la casa de la acuarela, etc., siendo todas labores nobles y dignas de imitar.

 

Ronda
(Inhalación)

En este rito se trabaja el movimiento, la memoria, la fonética y el equilibrio. El vínculo de los cantos y los juegos de dedos están relacionados con cada estación del año.

 

Caminata
(Exhalación)

En esta experiencia se trabaja la observación, el movimiento, el tacto y el vínculo con sus pares y la naturaleza (en ocasiones, recolectan flores y/o residuos que se puedan reutilizar).

 

Colación
(Inhalación)

A través del ejercicio de haber picado la fruta y amasado el pan, se trabaja el sentido del tacto y la motricidad. Dichas actividades se realizan en conjunto con las maestras y les ayuda en su autonomía y autoestima, porque saben que lo que se  están preparando será consumido por ellos, sus amigos y amigas, y maestras. Se suma también aquí la labor de preparar la mesa, para luego cerrar el rito, lavando la loza y  limpiando la mesa.

 

Juego libre

(Exhalación)

Otra instancia más de juego libre, ahora al exterior de la casa, en la que trepan, se relacionan con sus pares, riegan, alimentan a los animales de la casa, trabajan en el huerto, etc. 

 

Cuento
(Inhalación)

Es un alimento para el alma, que a través de imágenes, el niño y la niña gestiona emociones, se identifica con roles, trabaja la memoria, el vocabulario, el desplazamiento y la sutileza de los movimientos. A nivel emocional, el final feliz de la narración, una vez que los personajes han superado los inconvenientes, les da autoconfianza, persistencia y valor.

 

Juego libre
(Exhalación)

Ya habiendo casi terminado la jornada, continúan estimulando su voluntad, donde “el juego es su trabajo”. Es decir, experimentan diversas situaciones de coordinación con sus pares, juego de roles y exploración colectiva, que les permite aprender códigos de convivencia.

La Casa

Casa Pukara, en su interior, cuenta con espacios íntimos y cálidos para trabajar tiempos de inhalación con niños y niñas; en todos los espacios priman colores suaves y alegres (amarillo, naranjo, rosado). La decoración va cambiando cíclicamente con las estaciones del año y los elementos que acompañan ese tiempo, para así, potenciar la fantasía y la ensoñación. En estos espacios se come, se ronda, se practica euritmia y música, y también se comparte el juego libre cuando el clima amerita estar dentro de casa.

En el exterior, se habitan dos patios de juego y dos huertos. Los patios están a disposición de la exhalación de los niños y niñas, y la expansión del juego libre en los areneros. Allí crean y transforman, trabajando la  motricidad y el tacto. Hay cuerdas, neumáticos, pallets, troncos y mantas para dar forma al espacio físico y convertirlo en lo que sus imaginaciones dispongan. Pueden trepar, escalar, deslizarse y compartir, alimentar a gallinas y conejos.

Los patios y toda la casa está rodeada de jardines con hortalizas, plantas medicinales y flores comestibles que son parte del quehacer y cuidado diarios.

Sustentabilidad

Nuestro proyecto refuerza y promueve el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente. A través de acciones concretas, fomentamos esta conciencia en toda la comunidad.

Huerto

Nuestro cuidado del huerto no solo permite comprender los ciclos naturales de vida y las estaciones del año, sino que también nos conecta con las fuerzas vitales que rigen en la tierra. Impulsamos la capacidad de cultivar nuestro propio alimento.

Compostaje

Transformamos los residuos orgánicos en compost, un recurso valioso para nuestro huerto y jardín.

Reciclaje

Separamos la basura no orgánica y reutilizamos algunos materiales en nuestros proyectos creativos. El resto se entrega al servicio de reciclaje de nuestra comunidad.

Cuidado del agua

Priorizamos el reciclaje del agua que consumimos, utilizándose para riego. Además, capturamos el agua de lluvia en diferentes contenedores, aprovechándola para fines similares.

Euritmia y música

Algunos días de la semana, se incluyen a la jornada, talleres de Euritmia y Música.

La Euritmia, durante el primer septenio, es de naturaleza elemental. Es un arte de movimiento que hace del interior del niño y la niña un ser móvil, ágil y fuerte. Estimula la coordinación interna y corporal, desarrolla la orientación espacial, la concentración, la creatividad, la capacidad de expresión y la sensibilidad social. Pretende fortalecer el alma infantil y crear una “fibra anímica”. Se trabajan gestos muy simples que acompañan un cuento de fantasía y juegos rítmicos. Niños y niñas participan desde el juego y sienten como la euritmia les recuerda, como un susurro, su origen espiritual. En un mundo sobrecargado de estímulos sensoriales y congestionado con imágenes, la euritmia aporta salud y vitalidad.

La Música es una de las expresiones artísticas más importantes en el crecimiento de niños y niñas, ya que aporta significativamente al desarrollo de aspectos fundamentales dentro de su educación, tales como: la imaginación, la libertad y la capacidad de juego, el trabajo en equipo, la comunicación, el desarrollo motriz, intelectual, sensorial y auditivo. Al ser este un arte tan global, amplía el mundo de relaciones de niños y niñas, ayudándoles a acercarse a los otros y creando conciencia de lo que significa una sana convivencia con su entorno.

Festividades

En Casa Pukara celebramos, en comunidad, varias fiestas durante el año: Fiesta de Otoño (Pascua de Resurrección), Fiesta de la Luz, Fiesta de Micael y  Navidad.

Las festividades son importantes dentro de la pedagogía Waldorf, ya que muestran  el respeto hacia lo divino, la preparación, la dedicación y la espera a un determinado hecho o momento. Estas fiestas se orientan en función de las estaciones del año y de esta forma, conectamos a niños y niñas con su entorno natural y con el ritmo anual. Entender y vivir los ciclos naturales nos ayuda a sentir la fuerza y la importancia de las festividades, que es de vital importancia para niños y niñas. Las fiestas están llenas de imágenes y plasticidad, haciendo que  sea una experiencia muy concreta y una vivencia real que guardan en su interior. Vivirlas como adultos, nos hace acompañar a niños y niñas. Lo que vivimos nosotros, ellos lo experimentarán.

Comunidad

Nuestra comunidad educativa se forja en el anhelo compartido de crear también un espacio de autodesarrollo y autoeducación para adultos y adultas. Madres, padres y maestras, compartimos el propósito de nutrir el crecimiento personal y el aprendizaje constante, para así, acompañar a nuestros/as hijos e hijas con confianza y comprensión, siendo referentes dignos de ser imitados.

Con este fin, hemos concebido una serie de instancias, que integran y vinculan a los miembros de nuestra comunidad, para enriquecer un proceso de crecimiento compartido. En esta línea, organizamos encuentros de reflexión que nos permiten explorar en profundidad los valores que nos unen, charlas que amplíen nuestra perspectivas sobre educación y actividades prácticas que fomenten una colaboración cercana y significativa, como el cuidado y la mantención permanente de nuestra casa.